LA FE QUE PERMANECE EN MEDIO DE LA PRUEBA

Tema: LA FE QUE PERMANECE EN MEDIO DE LA PRUEBA

Texto: Job 1:20-22

“Entonces Job se levantó, rasgó su manto y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.”

La vida de Job es un espejo en el cual cada creyente puede ver reflejados momentos de dolor, pruebas y sufrimiento. Pero también es una enseñanza poderosa de fe, perseverancia y confianza en Dios, aun cuando no entendemos lo que sucede. La Palabra nos enseña que “en el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). Job nos muestra que se puede mantener la fe en medio de las pérdidas más grandes.

Hoy veremos tres grandes lecciones que la vida de Job nos enseña:

1. La integridad no depende de las circunstancias.

2. El sufrimiento no siempre es consecuencia del pecado.

3. La fidelidad de Dios es más grande que cualquier prueba.

1. La integridad no depende de las circunstancias

Job era “varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:1). Tenía riqueza, familia y salud, pero su integridad no estaba basada en lo que poseía, sino en quién era su Dios.

La integridad verdadera se demuestra cuando lo perdemos todo y aun así seguimos honrando a Dios. Job declaró: “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21).

Proverbios 10:9 afirma: “El que camina en integridad anda confiado; mas el que pervierte sus caminos será quebrantado”. La integridad no depende de las bendiciones externas, sino de la convicción interna de seguir al Señor.

2. El sufrimiento no siempre es consecuencia del pecado

Los amigos de Job pensaban que él estaba sufriendo porque había pecado. Pero la historia revela que Job fue probado, no castigado.

Jesús mismo enseñó esto en Juan 9:3: “No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.” Esto nos recuerda que no todo dolor es disciplina, sino muchas veces es una oportunidad para la gloria de Dios.

Romanos 8:28 nos asegura: “A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Aun el sufrimiento está bajo el control soberano de Dios.

3. La fidelidad de Dios es más grande que cualquier prueba

Aunque Job perdió todo, al final Dios lo restauró y lo bendijo el doble (Job 42:10-12). El propósito final de la prueba no era destruir a Job, sino llevarlo a un conocimiento más profundo de Dios.

Job mismo dijo: “De oídas te había oído; más ahora mis ojos te ven” (Job 42:5). Esto nos muestra que el sufrimiento fue un medio para una revelación mayor del carácter de Dios.

1 Pedro 5:10 nos recuerda: “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.” Dios nunca permite una prueba sin un propósito de crecimiento y bendición.

 

La vida de Job nos enseña que la fe genuina permanece aún en medio de la pérdida, que el sufrimiento puede ser un escenario para manifestar la gloria de Dios, y que la restauración de Dios es mayor que el dolor de la prueba.

Santiago 5:11 nos recuerda: “El fin del Señor es muy misericordioso y compasivo”. Tu historia no termina en dolor, sino en victoria.

Hoy el Señor nos invita a permanecer fieles, porque, aunque ahora no entendamos lo que sucede, Él tiene un propósito eterno y glorioso.